jueves, mayo 11, 2006

EL ESPIRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ

Lucas 4:16 al 30 16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. 22 Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? 23 Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. 24 Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra. 25 Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; 26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. 28 Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; 29 y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. 30 Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue. Estamos a las puertas de algo grande y poderoso. No en vano hemos estado sembrando por 4 años la Palabra del Señor. La Palabra no vuelve vacía. Aunque no veamos a nuestros ojos el resultado. La siembra siempre es con lágrimas. Pero ha llegado el tiempo de cosechar. Ha llegado el tiempo de asumir quienes somos. Ha llegado el tiempo de proclamar lo que somos. Ha llegado el tiempo de ser motivos de bendición: “El poder del Espíritu del Señor está sobre nosotros”. 1. Una realidad impactante (v. 18-21) a. Debemos Asumirla (Creerla) b. Debemos Declararla (Proclamarla) c. Debemos Practicarla (Usarla) 2. Nuestro testimonio (v. 22-23) a. Hablarán de nosotros (¿Qué dirán?) b. Hablaremos Palabras de gracia (Dirán ¿No es este…?) c. “No hay profeta en su propia tierra” (“Hazlo para ver”) 3. Pasando por en medio de las dificultades (v. 29-30) a. Habrán problemas b. Los enfrentaremos c. Hay mucho todavía por hacer No importa lo que pueda venir, seguiré adelante. Soy un hijo de Dios. Sé quien soy. Sé lo que tengo que hacer. Lo haré. Debo hacerlo. Esto no es opcional. Es mi responsabilidad. El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mi. Ven a asumir lo que Dios tiene para ti. Ven a fortalecerte para comenzar a proclamar su Palabra. Ven a recibir poder para usarlo para que su Nombre sea engrandecido. Ven a llenarte de su Espíritu. Ven y juntos conquistemos lo que el Señor nos ha entregado. Con amor, Templo Corbán

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Amen, es tiempo que hagamos nuestras las promesas que nuestro Padre Dios ha dejado y que empecemos a cumplir el proposito para el cual fuimos llamados. Que privilegio ser llamados a sanar quebrantados, a llevar buenas nuevas. Nuestro testimonio y lo que hagamos con nuestras comunidades hablara y atraera a mas personas que lo que hablemos, hechos, no palabras. Dios les bendiga.

03 noviembre, 2009 08:20  

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