¿SEGUIR A CRISTO?
“si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. (2º de Crónicas 7:14)
1. “Si se humillare mi pueblo…”
-Esta Palabra no es para los gentiles, no es para los que no conocen a Dios, la Palabra es específica para el pueblo de Dios, para “mi pueblo” dice el Señor. “…Sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren…”, o sea para nosotros.
-Pero… ¿Acaso no nos hemos humillado?
-Una y otra vez, cada vez que venimos a la Iglesia.
-Cada vez que tenemos que dejar a nuestra familia, a nuestro trabajo, a nuestros quehaceres, y todo por venir a la Iglesia. ¿No es acaso humillarse?
-¿No nos humillamos cuando necesitamos algo y se lo pedimos?
-¿Acaso no nos humillamos cuando escuchamos improperios en contra nuestra por el hecho de ser cristianos?
-¿No nos humillamos acaso cuando tenemos que obedecer a nuestras autoridades, aún cuando no estamos de acuerdo?
-¿Porqué el Señor insiste en pedirnos que nos humillemos?
-Hasta ahora me he empeñado en seguir a Cristo.
-Hasta ahora me he empeñado en imitar su accionar.
-Todo lo que he aprendido acerca de Él lo he querido hacer yo.
-Me he afianzado en su Palabra cuando dijo que nosotros haríamos incluso mayores cosas que las que Él hizo, pero no me han resultado.
-Hasta ahora he buscado cada una de sus pisadas y he intentado poner mi pie en ella, pero me ha quedado grande.
-Hasta ahora he seguido sus huellas.
-Hasta ahora he seguido sus enseñanzas.
-Hasta ahora he tratado de cumplir fielmente todo lo que la Biblia dice que debo hacer.
-Pero es muy difícil seguir a Cristo.
-Me dicen que es fácil, que Él está conmigo, que Él me ayudará en mi caminar, pero no lo siento así.
-Es que mi posición es estar siempre detrás de Él.
-Solo veo sus espaldas cuando camino.
-No quiero seguir mas a Cristo.
-No quiero ir mas detrás de Él.
-Se me hace muy difícil.
-Me canso ir detrás de Él porque a veces se me aleja mucho.
-Pensaba que Él estaba conmigo, pero en realidad Él iba “delante” mío.
-Y yo seguía pensando que siempre debía seguirlo.
-Pero sus trancos son mucho mas largos que los míos.
-Sus pies son mucho mas ligeros que los míos.
-La seguridad con la que Él camina no es la misma que la mía.
-Ya no quiero seguir mirando sus espaldas.
-Sé que Moisés solo vio las espaldas de Dios.
-Pero yo no quiero ver sus espaldas.
-Yo quiero ver su rostro.
-Pero me habían enseñado que ningún hombre puede ver el rostro de Dios y seguir viviendo.
-Pero esa era la clave, ese era el secreto!!!
-Debía morir para verle.
-Ya no seguiré detrás de Él.
-Ya no seguiré detrás de Él, porque me propuse alcanzarlo…
2. “…Y buscaren mi rostro…”
-¡¡ y lo alcancé !!.
-Lo alcancé cuando me atreví a dar un paso de santidad.
-Lo alcancé cuando vi la puerta entreabierta…
-…y me aproveché de esa oportunidad.
-Lo alcancé cuando me di cuenta que mis fuerzas más flaqueaban.
-Lo alcancé cuando me di cuenta que no son mis fuerzas para caminar lo que me mantiene en el camino.
-Lo alcancé cuando dejé de lado mis cargas de prejuicios que me cansaban y no podía caminar a su ritmo.
-Aunque intentaba cambiar de ritmo, no podía por el peso que llevaba.
-Pensaba que no tenía nada que me impidiera seguir caminando.
-Pensaba porqué me costaba tanto seguir si me consideraba libre de todo peso.
-Pensaba porqué no avanzaba si nada me lo impedía.
-Pero mis cargas me impedían avanzar.
-Y me esforzaba y me esforzaba, pero nada pasaba.
-Me animaba solo, animaba a mi carne, animaba a mi corazón, animaba a mi espíritu, animaba a mi mente, pero nada pasaba.
-Hasta que lo alcancé.
-Lo alcancé y mi carga se desprendió de mí.
-¡ Ahora camino con Él !
-Ahora es fácil caminar.
-Ahora veo su rostro.
-Mi carne ha muerto por eso le veo.
-Ahora no me duelen los insultos ni las murmuraciones.
-Ahora me dan pena e intercedo por los que murmuran.
-Ahora no me duele pasar por problemas y dificultades.
-Ahora las considero una oportunidad de demostrar su Gloria.
-Ahora no me duele estar en el lugar que estoy.
-Ahora es una dicha estar donde estoy.
-Ahora sé que mi casa, mi trabajo, mi escuela o mi universidad son mi campo de batalla y allí debo estar.
-Alcancé a Cristo y todo cambió.
-Solo había que dar un paso de “Santidad”.
-No una intención de ser santo, sino de serlo.
-La orden es “Sed santos, porque yo soy santo”
-No seguiré mas a Cristo.
-Ahora camino con Él.
-Ahora lo siento a mi lado.
-Si Él se apura, algo hace que yo también me apure.
-Es algo que nos une.
-Es un yugo.
-Es un yugo que comparto con Jesús.
-Cuando me faltan fuerzas, Él me alienta, Él me hace avanzar.
-Ahora comparto su santidad.
-Pero sé que sin santidad no puedo verle.
-Ahora entiendo porqué no avanzaba si solo me limitaba a seguirle a imitarle.
-Debía alcanzarle y caminar con Él.
-Ahora veo a Cristo.
-Ahora veo a mi Hacedor.
-Ahora el humillarme es un honor!!!
-Lo he dejado todo por seguir con Él.
-No me importa lo que he logrado.
-No me importa lo que he alcanzado.
-Solo me importa estar con Él.
3. “Y se convirtieren de sus malos caminos…”
-Pero hoy Él me ha dicho algo nuevo.
-Yo pensé que alcanzarle era el fin.
-Pero no es el fin, es el principio.
-Ahora no debo caminar con Él.
-Ahora debo caminar en Él.
-Ahora debo pensar como Él.
-Para guiar a otros a su Reino.
-Para ser yo el que sostenga con un yugo a otro, y enseñarle a caminar.
-Otro día hablaremos mas al respecto.
-Pues mientras haya personas que no den un paso de santidad en su caminar nunca le alcanzarán.
-No te quedes en el camino, ¡Llega a la meta!
-Tu meta es Cristo!
-Debes a dar tu paso de santidad.
-El te está esperando, no dejes que se aleje una vez mas.
4. “Yo oiré desde los cielos y sanaré su tierra…”
-Él te oirá.
-Ven adelante a ponerte a cuentas con Él.
-No vengas a hacer un compromiso conmigo.
-No vengas a hacer un compromiso con tu responsabilidad si la tienes.
-Ven a buscar su rostro.
-Ven a buscar un destello de su gloria.
-Este es el último paso para alcanzarle.
-Deja atrás tus prejuicios.
-Deja atrás tus convicciones.
-Ven por algo nuevo.
-Deja tu vergüenza.
-Deja tu mediocridad en la silla.
-Ven a dar el último esfuerzo por alcanzarle y ¡¡Alcánzalo!!!
-Ven a ser sanado.
-Ven a cambiar de una vez por todas.
-Deja de imitar lo que Él haría.
-Ven a dejarte influenciar por Él.
-Ven para que Él se haga cargo de tu mente, de tu corazón, de tu alma, de tus fuerzas.
-Él sanará tu tierra.
-Él sanará tu corazón.
-Él sanará tu alma.
-El sanará tu mente.
-Él renovará tus fuerzas.
Isaías 17:7 dice: “En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel”
-Ven a contemplar su rostro.
-Aquel día ha llegado.
-Solo en su presencia seremos transformados.
-Deja que su maravillosa presencia te toque.
-No lo mires desde lejos.
-Ven y sumérgete en Él.
-Deja de seguirle, ven a caminar con Él.
Con amor,
Templo de Adoradores Corbán
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home