UN PACTO

“Si tú dispusieres tu corazón, y extendieres a Él tus manos; Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more en tu casa la injusticia, Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte, y nada temerás; Y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron. La vida te será más clara que el mediodía; aunque oscureciere, será como la mañana. Tendrás confianza, porque hay esperanza; mirarás alrededor, y dormirás seguro. Te acostarás, y no habrá quien te espante; y muchos suplicarán tu favor”

(Job 11:13 al 19) Obvio que queremos ser partícipes de todas estas maravillosas bendiciones. Todo el mundo las anhela, pero ¿es una utopía el poder alcanzarlas?, No, absolutamente no. Solo debemos cumplir nuestra parte del trato. Aquella con las cuales comienza el escrito:

1º = Disponiendo nuestro corazón, 2º = Extendiendo a Él nuestras manos, 3º = Despojarnos de toda iniquidad, y 4º = No permitir la injusticia en nuestra vida. ¿Son difíciles de cumplir? Para nada. ¿Y si me es difícil hacerlo? Él promete estar con nosotros para ayudarnos. ¿El resultado? Lo mejor que te puede ocurrir en esta vida: 1º = Levantarás tu rostro limpio de mancha, 2º = Serás fuerte, 3º = Nada temerás, 4º = Olvidarás tu miseria, 5º = La vida te será mas clara que el mediodía, 6º = Aunque oscureciere, será como la mañana, 7º = Tendrás confianza, porque hay esperanza, 8º = Dormirás seguro, 9º = No habrá quien te espante, y 10º = Muchos suplicarán tu favor. No hay donde perderse, el trato es muy bueno. Acéptalo. Lo firma Dios. El mismo Dios que nos dio a su hijo Jesucristo para que muriera por nosotros en la cruz. Es totalmente confiable. Nunca promete nada sin cumplirlo. Todo lo que dice es verdad. Él es la verdad. Con amor, Templo Corbán