miércoles, septiembre 14, 2005

UNIDOS

“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:1 al 3). Que seamos uno es lo que pidió Jesús al Padre en su oración. Pablo y Pedro en sus cartas lo repiten una y otra vez. La unidad es la clave para crecer. Si queremos avanzar, debe estar unidos. De lo contrario retrocederemos, y más aún, perderemos lo alcanzado. Dios nos ha estado insistiendo en esto, debemos unirnos. Debemos ser como un solo hombre. Si nos unimos ganaremos. Si el enemigo nos ve unidos, le venceremos. Si nos unimos, tu problema es mi problema. Si nos unimos, mi bendición es tu bendición. Si nos unimos a orar la respuesta se acelera. Si nos unimos a adorar la Presencia de Dios se manifiesta. Si nos unimos, la paz será nuestra ruta. Si nos unimos, el amor germinará, crecerá y será grande en extremo. Solo si nos unimos en amor, el mundo conocerá que somos sus discípulos. Si no nos unimos en amor, en balde será toda nuestra predicación. Para unirnos debemos dejar que fluya la humildad, la mansedumbre, la paciencia. Al unirnos debemos soportarnos los unos a los otros en amor. No por obediencia ni por cumplir, sino por amor. Para tener amor, debemos entregar amor. Para alcanzar victoria debemos entregarnos por la causa. Si no hay entrega, no hay amor y no habrá victoria. Como dice la canción: por su Espíritu, por su poder, por su gracia y por su perdón, debemos ser uno en Jesús. Con amor, Templo Corbán